GINEBRA- MONTREUX

Hay viajes en los que visitas, conoces o vives aventuras. Sin embargo, hay otros en los que simplemente sientes. Este viaje a Suiza no sólo hemos caminado sin parar sino que también hemos reflexionado y sentido muchísimo. Los que me conocen saben que en mi lista de “sueños por cumplir” aparecía en primera posición visitar Montreux, la ciudad que el mismo Freddie Mercury calificó como “el cielo” y ahora entiendo el porqué.
Al no haber vuelo directo Barcelona- Montreux decidimos aterrizar en la bella y cara ciudad de Ginebra.
Día 1
El aeropuerto de Ginebra es el más sencillo en el que he estado: sin salir de él puedes tomar un tren que en menos de 10 minutos te deja en la gran estación de Cornavin, en pleno centro de Ginebra. Desde allí nos dirigimos a la Rue de Zurich donde teníamos reservado un bonito apartamento para tres noches. Teniendo en cuenta el elevado precio de los restaurantes optamos por preparar nosotras mismas las comidas y cenas que pudiéramos en el apartamento.
El primer día hicimos un gran ruta por la ciudad: dimos un paseo por el Pont du Mont- Blanc dejando atrás el monumento Bruswick y visitamos la pequeña isla de Rousseau sin dejar de perder de vista el original Jet d'Eau tan característico de la ciudad. El puente finaliza en el Jardín Anglais donde al final de éste nos encontramos con el "Horloge fleurie" ("reloj de flores" del francés), un símbolo de Ginebra ubicado allí desde 1955.
Monumento Bruswick




Isla de Rousseau

"Horloge fleurie"

Al empezar a nevar decidimos regresar al apartamento para comer y darnos una ducha de agua caliente. Después, nos dirigimos de nuevo hasta el casco viejo de la ciudad que parecía aún más bonito cubierto de nieve.
Así, nuestra visita empezó en la Terrasse rincón al que le llaman el balcón de la ciudad vieja a los pies de la Catedral de Sant Pierre, es un pequeño espacio protegido con una hermosa vista sobre los tejados de Ginebra. Desde ahí, visitamos la Catedral, la Maison Travel, original del siglo XIV, el colosal Ayuntamiento y la preciosa, aunque en obras, Iglesia Ortodoxa Rusa.



La Terrasse

Catedral de Sant Pierre

Maison Travel

Antiguo Arsenal


Ayuntamiento



Iglesia Ortodoxa Rusa
 Día 2

El siguiente día nos levantamos bien temprano para coger uno de los primero trenes que en una hora nos llevaría hacia Montreux. Durante el trayecto no podíamos dejar de mirar por la ventanilla observando las increíbles montañas nevadas y las casitas situadas a sus pies.

Una vez estábamos en la ciudad que tanto había esperado paseamos a lo largo del lago Lemán, hicimos fotos a la emotiva estatua de Freddie Mercury en la que todavía hoy la gente deja flores y entramos en el enorme casino de la ciudad donde, en una de las salas estaba el Queen Studio Experience, una increíble incursión al mundo de la banda. Allí  nos sentimos un miembro más del grupo Queen (¡incluso pudimos hacer mezclas con sus canciones en el verdadero estudio de grabación!).

Después de comprar unos bocadillos en el centro comercial Fórum, el más grande la ciudad. Volvimos a retomar nuestro paseo a orillas del lago hasta llegar al Chateau de Chillon, que desde finales del siglo XVIII, el castillo atrajo a los escritores románticos. Desde Jean- Jacques Rousseau, a Victor Hugo, pasando por Alejandro Dumas, Gustave Flaubert y Lord Byron, el castillo inspiró a poetas de todo el mundo.














Vistas al Chateau de Chillon

Día 3
 
A pesar de que hasta las 21h no tomaríamos el avión que nos devolvería a Barcelona, decidimos despertarnos pronto y empezar a visitar todo aquello que nos faltaba. Así, después de desayunar nos dirigimos hacia el barrio des Grottes, al norte de la estación de Cornavin. Este original barrio de Ginebra fue construido entre 1982 y 1984 y se le suele conocer con el nombre de "Les Schtroumpfs" (Los Pitufos), pues, de alguna manera, la estructura de sus casa recuerda a la de las setas donde estos vivían. Sin embargo, con cada paso que dábamos la esencia de Gaudí estaba presente.





Tras callejear por Les Grottes fuimos caminando hasta la enorme Plaza de las Naciones, donde destaca la espectacular escultura de una silla con tres patas, que denuncia los destrozos causados por las minas antipersonas. Justo en frente de ésta se encuentra la Organización de las Naciones Unidas.




Más tarde tomamos un bus (el transporte es gratis en Suiza para los turistas) que nos dejó en la puerta del maravilloso Parc des Bastions donde nos topamos con grandes piezas de ajedrez y damas, la Universidad y el enorme Muro de los Reformadores. Desde ahí, subimos una pequeña cuesta que nos llevó hasta el considerado el banco más largo de mundo y desde el que se tienen grandes vistas del parque.

 



Para acabar nuestra visita fuimos a uno de los parques más bonitos en los que he estado: Parc de la Grange.
Desde ahí, volvimos a las orillas del lago Lemán para visitar lo que llaman el Baby Playa y tomar las últimas fotos al Jet d'Eau.



Baby Playa

 
Estoy muy agradecida de cada montaña, cada paso y cada copo de nieve que he visto, dado y sentido estos tres día, pero, sobre todo, estoy agradecida a la persona más bonita por haberme acompañado.

Comentarios

Laura ha dicho que…
¡Elena, me encanta leer tus crónicas de tus viajes! Con ellas me transporto a estos lugares en un abrir y cerrar de ojos. ¡Me encantaría estar allí!

¡Un beso enorme, bonita!

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