TUDELA

Hay veces en las que hay visitado tanto una ciudad que piensas que la conoces perfectamente. Sin embargo, en este último viaje a Tudela me he dado cuenta de que pensar eso es un error, pues siempre quedan cosas que ver y calles que pisar. 
En esta visita a la ciudad que más adoro de Navarra comimos en mi restaurante preferido "El café de Tudela 2", donde siempre me encuentro con un trato muy amable y comida riquísima. Después tomamos un café en la Plaza de los Fueros y nos decidimos a callejear sin rumbo. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que nunca habíamos visitado su catedral. Una vez dentro me encontré con una de las catedrales más bonitas que he visitado. Su claustro y los muchos grabados me dejaron boquiabierta. Al salir seguimos paseando hasta llegar al Ebro y decimos volver al coche para dirigirnos a Cascante donde vimos atardecer.















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